miércoles, 14 de noviembre de 2012



...cuando a ti no te apetece algo, entonces

no le puede apetecer a nadie, y hay que seguirte la corriente, para que no me vengas con el papel de ¡hay qué disgusto! Pues que sepas que no soy de esos que siguen el juego a sus parejas para tenerlas contentas, ni tengo la autoestima tan por los suelos como para ser tu sumiso seguidor, espero que entiendas que no soy nada para ti ni tú nada para mí, he conocido verdaderos casos de vasallaje en algunas parejas cercanas, es triste verlo a él, clamando a los cuatro vientos las bondades de su mujer, sabiendo, pero no queriendo aceptar que ella tiene unos intereses muy personales y poco relacionados con el rendimiento conyugal, pero bueno, como se suele decir, cada palo que sostenga su vela, ya sabes que el mar es mi pasión, no la mar, sino el mar, claro que a ti no te gusta, te incomoda la arena, tampoco te gusta el monte, te cansa, ni el campo, por los insectos, ni los conciertos, te aburren, ni nada de nada, a ver si lo que no te gusta es algo de ti, si se te cae algo en la oscuridad no vayas a buscarlo donde veas más luz, porque no se te ha caído allí, sino en la oscuridad, así que tómate la molestia de palpar el suelo hasta notar lo que buscas, haz algo, pero no quieras que el mundo cambie su rumbo por ti, para adaptarse a tu apatía crónica, aunque tengo que admitir que te adaptas mejor a este mundo que yo, está claro, algunos no son personas, sino personajes, un complejo de adolescencia puede hacer que alguien adopte un rol disitinto al que sugiere su verdadera identidad, ésta, la identidad, sin embargo la oculta en lo más recóndito de su ser, y se convence a sí mismo de que su auténtico ego es el del sujeto esculpido a base de autorechazo para suplir a la real y malograda naturaleza, eres tú entonces así, ¿no?, es posible que en realidad no te conozca, que ni te conozcas ya tú misma, aquellos sumisos de los que te hablaba antes son de este tipo, tristes caricatos, diestros en el arte de la fanfarronería, que suelen tomar a otros como obejto de sus altisonantes burlas cómicas mientras agazapados entre las bambalinas de su arruinada escena lloran eternamente su desdicha, no amiga, no, espero que no seas tú un pobre personaje y me estés obligando a sufrirte, espero que busques la luz en la oscuridad de tu alma, y no la oscuridad en la luz de la mía, que ya he vivido más de una vez, y ésta, la que vivo ahora, que quizás sea la última, quiero gozarla en paz, bueno,......

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