...Normalmente confundimos adelantar con poner delante,
no es lo mismo adelante que delante. Si adelantas al segundo te colocas el segundo, pero si te pones delante del segundo te colocas el primero, entiendes? Y el asunto se complica cuando hablamos del cambio estacional de hora. Hora más u hora menos! he ahí la duda de cada año...Pues al respecto te diré que hagas lo que hagas en el cambio de hora siempre estás adelantando algo, a saber, si a la una mueves el reloj para que marque las dos estás adelantando la hora desde la una hasta las dos, pero si a la una mueves el reloj y lo colocas en la hora doce también estás adelantando porque estás trayendo una hora de atrás hacia adelante. Aunque lo sorprendente del cambio horario es el injusto desprecio que se hace al minuto, cuando es el minuto lo que nos tiene que ocupar en cada momento. Cada minuto es un diamante precioso, un acontecimiento único e irrepetible, pero estamos adoctrinados en el desprecio de los detalles, cuando la verdadera belleza se encuentra en ellos. La vida cabe sobradamente en un minuto, la historia de la humanidad transcurre en minutos encadenados, esto que lees lo escribo en un minuto, y si no me crees intenta estar un minuto sin respirar! Todo, absolutamente todo se hace en un minuto, las horas sólo sirven para continuar lo que se inició en un minuto. Estoy convencido de que los niños son felices no por ser niños, sino porque disfrutan de los minutos. Mientras vamos envejeciendo los planes y las preocupaciones se van adueñando de nuestra existencia, el minuto no es ya la unidad de tiempo, lo es el mes, vivimos de fin de mes en fin de mes y una hora pasa a ser nada, un momento vacío, miramos el calendario y repetimos cada año la misma frase: parece que fue ayer...! Y todo por culpa del desprecio mostrado al detalle, al minuto, al presente, a la vida.
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