...y Santa Claus le regaló un par de walkietalkies...
pero sólo le dio uno; guardándose el otro... Cada día el juguete se activaba con una voz que le daba sabios consejos. Así pasaron años hasta que de pronto ya no sonó; se terminaron los consejos; continuó la vida... Ya viejo, regaló un par de walkietalkies a su nieto... pero sólo le dio uno... Entonces comprendió a Santa Claus y le dedicó este cuento.
FIN
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