jueves, 13 de diciembre de 2012

Llegan las fechas navideñas. 

Observen lo que hacen los más pequeños con los regalos, a saber: que mientras más sencillos e incluso insignificantes son, más lo aceptarán, mientras que tratándose de regalos sofisticados cargados de efectos luminosos y ruidosos, acabarán destruidos o simplemente desechados. Es un poco lo que hace el adulto con el regalo de la naturaleza. Al no ser capaz de apreciarlo en toda su magnitud, lo desprecia y lo destruye. Sin embargo, disfruta como un niño con banalidades.

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