Llegan las fechas navideñas.
Observen lo que hacen los más pequeños con los regalos, a saber: que mientras más sencillos e incluso insignificantes son, más lo aceptarán, mientras que tratándose de regalos sofisticados cargados de efectos luminosos y ruidosos, acabarán destruidos o simplemente desechados. Es un poco lo que hace el adulto con el regalo de la naturaleza. Al no ser capaz de apreciarlo en toda su magnitud, lo desprecia y lo destruye. Sin embargo, disfruta como un niño con banalidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario