...deberías saber que el amor es un delirio que produce ansiedad
y que genera necesidad de tener lo que lo provoca como única forma de de aplacar su efecto dañino. A la necesidad de tener se le llama querer, por eso es que se confunde amar con querer, aunque si el amor es un veneno, el querer es su antídoto, el querer correspondido, claro! Al querer correspodido se le llama posesión, por eso es que se confunde querer con poseer, aunque si el querer es un veneno, el poseer es su antídoto, el poseer correspondido, claro! Al poseer correspondido se le llama maltratar, por eso se confunde el poseer con el maltratar, aunque si el poseer es un veneno, el maltratar es su antídoto, el maltratar correspondido, claro! Al maltrato correspondido se le llama ignorancia, por eso se confunde el maltrato con la ignorancia, aunque si el maltrato es un veneno, la ignorancia es su antídoto, la ignorancia correspondida, claro!...entonces, querer, poseer, maltratar e ignorancia constituye aquello en lo que el egoísta cree que consiste amar, es decir, sólo el que moldea su personalidad en el egoísmo acepta la posesión de la persona amada. Egoísta es el que enjaula un pájaro para disfrutar de su canto, no le importa atrofiar su vuelo, su vida, tan sólo le interesa el placer que le produce su canto. Pero tú sentías que si te dejaba volar es porque no te amaba, y pasabas la vida esperando mi amor, teniéndome al lado, pero no te interesaba mi presencia si no me poseías, si no me enjaulabas para disfrutar de mi canto, y esperabas, me esperabas mientras yo te acompañaba en esa espera eterna. Es una situación parecida al que espera el momento, entiendes? el momento, justo esa breve porción de tiempo tan ansiada, sé de quienes viven para esperar la oportunidad y te digo que es de necio esperar lo que ya llegó, el momento, es como si esperas a alguien que llega por el horizonte y cuando ya está a tu lado, sigues mirando al horizonte, esperándolo, y esa persona te golpea el hombro, ya he llegado! dice, pero tú, sigues esperándolo, con la mirada clavada en la nada, sentada al borde del precipicio en que se convierte tu existencia, ciega de esperanza. Todos esperamos algo que en realidad ya está con nosotros, es eso que te digo amiga, el momento, y pasamos la vida esperándolo, en compañía de él, pero el momento se ha convertido en el amante fiel no correspondido, ese que leal a la persona amada permanece a su lado aceptando resignado su trato indiferente para con él... Has pasado tanto tiempo esperando el momento que tu vida se ha convertido en una espera, triste tango de solitaria impasibilidad, y has envejecido danzando junto al momento que esperabas, pero éste siempre es joven, porque es el ahora y el ahora es el único elixir de juventud que existe, nunca envejece quien vive ahora. Pero mírate, te insisto cada tarde en que te observes, trátate en tercera persona de vez en cuando, siéntate en el patio de butacas y contémplate en el escenario, es sano tratarse a sí mismo uno de vez en cuando en tercera del singular, adquieres la perspectiva de tu propia vida desde otro ángulo. No oíste a los de Tenerife? ellos no dice dormí, sino que dicen me dejé dormir, ves? tienen en su habla esa virtud que les permite mirarse a sí mismos desde fuera, y gracias a ello pueden eliminar las cosas de su vida que no les aporta. En realidad la visión es entrañable, yo me llevo a mí mismo a la cama, me arropo, me doy un beso en la frente y me deseo buenas noches. Me dejo dormir! Eso debería ser una práctica común para todos, de ese modo por ejemplo tú te verías "dejándote morir" mientras me esperas conmigo a tu lado, mientras espera el amor, el momento, te dejas morir, te dejas la vida sentada al filo de un barranco, esperando, y a esperar se le llama ceguera, porque sólo esperan los que no ven, y para esa ceguera el único antídoto es girarse, desde el precipicio y descubrir que lo que esperabas, te esperaba....