...y qué del que no sabía qué quería
a sabiendas de que era delito y estando penalizado por ley vivir sin saber lo que se quiere!!...pues que lo detuvieron; que dijo que no sabía qué elegir al dependiente de una tienda y éste lo denunció...Tras un breve juicio se le declaró culpable de duda y fue condenado a dar rumbo definitivo a su vida sin variarlo ni un grado; en caso de rectificación sería recluido definitivamente en un centro de inseguridad...Las primeras noches tras la sentencia apenas pudo dormir. Si normalmente era tan miedoso e inseguro como caprichoso y cambiante estando cansado y nervioso se convertía en un desastre...Así que carente de fe, de motivación y repleto de temores y negatividad se rindió y se entregó voluntariamente a las autoridades para cumplir su pena!...Pasó el tiempo. Al principio no se sentía mal en la celda; le habían arrebatado la libertad pero también la responsabilidad de tomar decisiones ya que todo estaba programado:...las comidas la higiene la ropa...Todo era siempre igual en aquel lugar! Sin embargo al cabo de unos meses la privación de libertad dio alas a la mente de aquel que no sabía qué quería. Y vaya que si supo esta vez cuántas, cuantísimas cosas deseaba!...cuánto anhelo por recobrar la libertad e ir allí y hacer aquello y después lo otro y cumplir tantas metas definitivas que darían tan brillante forma a su existencia...La oscuridad del cautiverio iluminaba su mente; la luz de la libertad la nublaba. Después de tantos años encerrado los jueces decidieron devolver la libertad al reo inseguro. Una vez éste en la calle, ya anciano, experimentó por primera vez en su nueva vida la necesidad de tomar una decisión...Esta vez no dudó; sabía lo que quería y así procedió...
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