lunes, 24 de junio de 2013

...había una vez un hombre solitario que caminaba 

y meditaba cada día Aquel hombre solitario que caminaba y meditaba cada día sentía su corazón lleno de amor por todo cuanto le rodeaba; amaba el cielo y sus matices la naturaleza las gentes los aconteceres...su corazón inflamado de sentimiento amoroso marcaba el ritmo siempre sereno y sosegado de su existencia.... 
...Un día encontró una piedra brillante en el camino; se detuvo se agachó y descubrió que se trataba de un diamante de gran belleza! Permaneció postrado ante tan espléndido mineral largo rato observando pero no tocando De pronto cerró los ojos! Con el diamante bien seguro en su mano corrió a casa; pretendía esconderlo lo mejor posible; tanto debía valer que querría alguien robárselo!! Una vez allí levantó una baldosa del suelo escarbó en la tierra de debajo envolvió la joya en un trapo lo depositó con cuidado volvió colocar la baldosa y a su vez puso un alfombra para camuflar el lugar Pasó la tarde sin salir de casa con la mirada clavada en el punto de la alfombra bajo el que descansaba su tesoro; no se atrevía a salir a caminar; que alguien podría entrar en la casa sin que él estuviera y llevárselo...y acabó dormido sentado en la silla dando cabezadas de acá para allá....
...Amaneció con un dolor intenso en todo el cuerpo y como impulsado por un susto fatal se lanzó a remover de nuevo alfombra baldosa tierra y trapo....mi diamante!!!.... Estaba allí donde lo había dejado; nadie lo había robado!! Se tranquilizó volvió a dejarlo tal como estaba y se sentó nuevamente a vigilar No desayunó...ni almorzó ni cenó!! sino que se plantó en mitad de la noche en la misma posición en que se había dormido la noche anterior
...Pasaron días...semanas desde el feliz hallazgo y aquel hombre solitario que caminaba y meditaba cada día sentía su corazón lleno de preocupación por todo lo que le estaba ocurriendo...aquella gema preciosa estaba alterando su vida; ya no caminaba henchido de amor por todo cuanto le rodea Ya no miraba el cielo ni sus matices ni la naturaleza y recelaba de las gentes y de los aconteceres...
...Llevaba ya, esta vez sí, demasiados días sin comer; sin moverse de la silla frente a su preciado secreto y definitivamente sucumbió...Un mareo inevitable le hizo cerrar los ojos y precipitarse pesado contra el suelo que escondía aquel fatal hallazgo!!!
...Cuando abrió los ojos se vio en aquel camino postrado ante el espléndido mineral Se incorporó Miró a todos lados....Sintió su espíritu en la inmensidad del universo en armonía con el resto de la existencia; inspiró aire fresco puro y limpio hasta inundar sus pulmones Sonrió, tapó aquel pedrusco con un poco de tierra y continuó caminando...

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