...érase una vez una niña que tocaba el violín al arcoíris
para que no se desvaneciera...el hombre de hielo la observaba; ella tocaba y tocaba y sólo aquel hombre frío la escuchaba y de emoción lloraba y en su llanto se diluía ... pero la niña indiferente sólo atendía al arcoíris y tocaba y tocaba mientras el pobre hombre de hielo se convertía en nada a sus pies... De pronto el hermoso arcoíris se evaporó en la atmósfera rosada y fresca; la música cesó! La pequeña se marchó... En el lugar un charco reflejaba el sol de la tarde creando un delicado reflejo iridiscente en su interior...
No hay comentarios:
Publicar un comentario